jueves, 4 de noviembre de 2010

Atardeciendo,
se abrió la palmera.
Suavemente.

5 comentarios:

  1. que elegancia ,
    el poder del ojo,hace llegar a la palmera hasta rozar el cielo.
    El ojo lo es todo¡¡¡¡¡

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  2. Hola Irune
    Me alegro mucho de leerte de nuevo. Este haiku es precioso, y la fotografía idem.
    Nos vemos pronto.
    Muchos besos
    Elsa

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  3. Abrió su boca de alfileres para comerse el ocaso.

    Un saludo.

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  4. Gracias a todos por vuestra colaboración,me dais energía para seguir disfrutando.

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